LADRONA

La que pintaba de alegría las paredes de mi soledad,
la que nadaba entre mis sueños como sirena en el mar,
la que solía mentir a todos mis instintos
y simulaba que le daba lo mismo,
la que sin pretender rompía mis esquemas,
tan sólo ella merecía la pena.
Sobrada de amor, le daba sentido a toda mi vida
mi meta final, la que siempre está junto a la salida,
la que saciaba mi sed con su bella sonrisa de estrella,
la que robó mi corazón.
Ella siempre comprendía, ella ponía sabor,
la fuerza y la valentía que a mí jamás me sobró.
La que imaginó que yo no era perfecto
y no le importaba, me guardaba el secreto,
la que supo hacer planes de futuro
y yo insistía en ponérselo duro.
Sobrada de amor, giraba el timón sobre los siete mares,
mi reina ideal, dispuesta a perder lo mejor de su parte,
la que saciaba mi sed con su bella sonrisa de estrella,
la que robó mi corazón.
Ladrona.
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